Me encanta la lluvia y me encanta el frío. Cuando hace calor me bloqueo. No puedo leer, no puedo escribir, no puedo estudiar, no puedo hacer nada. Mucha gente no lo entiende. Parece que el buen tiempo es solo el calor aplastante y agobiante. El Sol es adorable, sí, pero sobre la pantalla de mi ordenador me produce un horrible dolor de cabeza. Por eso, cuando el cielo se nubla y amenaza lluvia me siento feliz, tranquila y con muchas ganas de trabajar. El frío se ha hecho rogar, pero, al fin, ha llegado. Es otoño y por ello habrá que alternar días calurosos con días frescos y días lluviosos. Tampoco aceptará reproches por gustarme el frío porque a fin de cuentas no es culpa mía si llueve o si hace frío. ¿No es mejor disfrutar de la temporada más larga del año? Para los enamorados del verano apenas tienen cuatro o cinco meses para disfrutar de calor y de su «buen tiempo», en cambio, los que adoramos el frío tenemos mucho más tiempo de gozo.
Por todo este parlamento filosófico y metodológico he decidido titular a las recomendaciones literarias de este mes «Noviembre Dulce», nombre que me parece adorable.
Os traigo algunas ideas. Y, como siempre, he intentado cumplir con la variedad de gustos literarios. Novedades, clásicos, novela infantil, etc. Sé que os ayudan, porque me lo decís y porque buscáis como locos estos títulos en las librerías y bibliotecas. Por ello, disfruto compartiendo con vosotros los mejores títulos para que llenéis la cabeza de pájaros y de buenas historias. Como siempre, os adjunto la reseña de la contraportada del libro.
En cuanto a novedades en el mercado, os destaco los recién publicados Premios Planeta. Ya sabéis lo que opino de este tipo de premios, pero en fin, son los ganadores y los libros que ocupan ahora los mejores estantes de las librerías. Aquí los tenéis para quien quiera disfrutar de ellos:
1- Milena o el fémur más bello del mundo, de Jorge Zepeda Patterson: La belleza de Milena también fue su perdición. Convertida en esclava sexual desde la adolescencia, intenta huir cuando muere su protector, un magnate de la comunicación que sufre un fallo cardiaco mientras hace el amor con ella. En su angustiosa fuga, se cruza con los Azules, un trío de justicieros formado por el periodista Tomás Arizmendi, la política Amelia Navarro y el especialista en alta seguridad, Jaime Lemus. Ellos desean liberarla, pero Milena guarda con recelo un espinoso misterio que atesora en su libreta negra y que supone su salvación y, sobre todo, su venganza.
Una vigorosa novela de acción y amor que denuncia los abusos de poder y la corrupción, pero que sobre todo, nos muestra el alma abierta de una mujer vejada, como tantas otras, en un mundo cada vez más globalizado.
2- Mi color favorito es verte, de Pilar Eyre: Mi color favorito es verte es una aventura real. Acerquémonos de puntillas y miremos por el ojo de la cerradura: ahí dentro hay una mujer desnuda. Pilar Eyre, una periodista madura y aún presa de una gran pasión por la vida, conoce, durante un verano en la Costa Brava, a Sébastien, un corresponsal de guerra francés de gran atractivo. Entre ellos surge un amor inesperado que los lleva a vivir tres días de intensa relación erótica y sentimental. Cuando Sébastien desaparece repentinamente, Pilar lo busca con desesperación siguiendo las pistas ambiguas que el periodista ha ido dejando a su paso, pero los resultados son cada vez más sorprendentes y misteriosos. Esta no es una bella historia de amor crepuscular, esta es una bella historia de amor entre una mujer que se atreve a llegar hasta el límite y un hombre secuestrado por unos sentimientos imprevistos.
Para los clásicos, dos imprescindibles en vuestras bibliotecas:
1- Olvidado rey Gudú, de Ana María Matute: Olvidado rey Gudú es la obra maestra de Ana María Matute y una de las grandes novelas de este siglo. Repleta de fábulas y fantasías, narra el nacimiento y la expansión del Reino de Olar, con una trama llena de personajes, aventuras y de un paisaje simbólico: el misterio Norte, la inhóspita estepa del Este y el Sur, rico y exuberante, que limitan la expansión del Reino de Olar, en cuyo destino participan la astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del subsuelo.
2- Luz de agosto, William Faulkner: En Luz de agosto aparecen retratados algunos de los personajes más memorables de Faulkner: la cándida e intrépida Lena Grove en busca del padre de su hijo; el reverendo Gal Hightower -atormentado por constante visiones de soldados de caballería confederados- y Joe Christmas, un misterioso vagabundo consumido por los orígenes raciales de sus antepasados. Faulkner, además de haber sido el innovador de una forma de narrar que ha influido poderosamente en las generaciones que le han continuado, fue el cronista de los más notables hechos, costumbres y personajes de su tierra. Luz de agosto es una de las obras más representativas de un hombre que, trabajando sobre la historia y haciendo campear la imaginación, logró convertirse en uno de los escritores más importantes de este siglo.
Y no me olvido de los más pequeños, para los que he reservado todo un clásico de la literatura:
1- El polizón del Ulises, de Ana María Matute: Jujú pasa las tardes en el desván de la casa, que se ha convertido en su barco, el Ulises, la señorita Florentina (una paloma) y su fiel Contramaestre (un perrito) le acompañan en todas sus aventuras. Los días de Jujú son más bien aburridos. Le han criado tres tías solteronas, que le encontraron en un capazo frente a la pue rta de casa y sólo espera la hora de la siesta para escapar al Ulises. Pero un buen día, su vida se ve alterada por la entrada de un polizón en su barco-desván. Un marinero que se ha escapado de las autoridades. Primero asustado y obligado, pero con la íntima convicción de que lo justo es ayudar al polizón, Jujú le ayuda. Le lleva comida y le cura una herida. Poco a poco se van haciendo amigos y empiezan a planear una huida juntos...
Espero que encontréis vuestro título adecuado para estos días de lluvia y frío. Por mi parte, empiezo Luz de agosto que sé que no me va a defraudar. Ya os contaré cuando lo termine. Un fuerte abrazo para todos.
África Crespo
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