La huida es una locura
provocada por tu cataclismo de terror.
No temas a la voz que susurra tu llanto
o porque el grito ahogue tu silencio
amargo. Sal fuera y contempla la luz de la espadaña
que corre con fuera contra las olas del río Genil.
Si puedes venir no te escondas
entre las hermosas semillas de cieno
ya que siempre te estarán mirando desde lo más alto
del cielo oscuro teñido de sangre.
Abrígate con mi esperanza amarga que es
la mayor fuerza que aún conservo con vida.
Abrígate porque hace frío y vuela como el pajarillo
que pía y no me deja dormir.
Tengo miedo de que se acabe el mundo;
mañana todo estará hundido en el abismo
y nosotras no podremos salir de la sábana demente
y vivir otro día más entre bastidores horneados
con agua caliente que quema mis labios.
No digas nada, no te muevas que la puedes despertar
y si se despierta se dará cuenta de lo que está pasando
son las seis treinta y nos tenemos que levantar.
amacrema
No hay comentarios:
Publicar un comentario