miércoles, 13 de abril de 2011

última carta al paraíso

8 de agosto
Querida Silvia,

Lo siento Silvia, sabes que eres lo que más quiero en el mundo pero he tenido que hacerlo. No podía soportar más la idea de verte así. Creí que ya habías mejorado pero con la pérdida del bebé estabas cada día mucho peor.

Aquel día nos vimos todos como siempre en el bar. Quedábamos todas las tardes para pasar el rato. Pero ese día decidiste contarle a Sara todos nuestros planes. Le dijiste que nos queríamos que nos íbamos de allí a vivir juntos, solos y comenzar de nuevo, los dos solos. Eso no le hizo ninguna gracia y empezó a gritarte. Te dijo que eras muy mala amiga. Te insultó, te dijo todo lo que se le pudo ocurrir y salió de allí muy enfadada. Tú la seguiste Silvia y a lo mejor hubiera sido mucho mejor dejarla ir, ya se le pasaría pero tú no pudiste soportarlo, era tu mejor amiga y no querías hacerle tanto daño. Las dos os subisteis al coche y le dijiste que tú conducías porque ella estaba muy nerviosa. Os fuisteis Silvia, las dos. Lo próximo que yo vi fue el coche destrozado y tú no parabas de pedir a Sara que te entendiera. Estabas llorando y temblando. Nunca te había visto tan nerviosa.

Sara murió en aquel trágico accidente pero no fue culpa tuya. Te volviste loca, Silvia, y te tuvimos que encerrar en aquel sanatorio. Yo te llevé aquel día porque el médico me dijo que si lo recordabas todo a lo mejor dejabas de pensar que Sara estaba viva. Pero eso no fue así y seguiste escribiéndole esas cartas que lo único que hacían era más daño a la familia. Al principio yo pensé que a lo mejor te ayudaban a seguir adelante y que realmente sabias que ella no te iba a contestar pero con el tiempo me di cuenta de que realmente pensabas que seguía viva.

Durante esos días estuviste como ida. Tus padres ya no sabían qué hacer y yo tampoco. Fue la única solución y parece que después de casi tres meses allí todo fue bien. Estabas feliz. Jugabas con una niña que con la única persona que hablaba era contigo. Eso te hizo volver a la vida, querer que nos casáramos y tuviéramos niños. El aborto te llevó otra vez abajo pero yo no quería preocuparte porque podríamos volver a intentarlo, solo era cuestión de tiempo. Me duele mucho que el estar en el psiquiátrico te hiciera olvidarte de todo aquello pero fue así.

Ahora me duele mucho volverte a ver allí, encerrada pero no tenía otra opción. Tienes que curarte. Cuando salgas de allí empezaremos de cero. Pero no podré sacarte hasta que no lo hayas aceptado todo y aprendas a vivir con ello. No quiero que vuelvas a olvidarlo y sigamos igual. Perdóname por hacerte esto. Sólo espero que algún día puedas entenderme. Pasarán unos días hasta que vuelvas a verme, creo que va a ser lo mejor. Luego volveré y te visitaré todos los días, lo prometo. De momento me voy a Marruecos, quiero pasar una temporada con mi familia.

Quiero que sepas que te quiero y que lo eres todo para mí.

Te amo,
Rayid.
amacrema

No hay comentarios:

Publicar un comentario