¡¡Hola!! ¿Cómo estáis? He decidido continuar con estas exquisitas recetas literarias viendo el éxito que tuvo la de componer poemas. Ahora os traigo una fácil receta para componer un microrrelato. Es muy sencillo si seguís unos pequeños pasos.
Lo primero que hay que tener claro es qué es un microrrelato. No hay que confundirlo jamás con un microcuento, lo mismo que no hay que considerar la misma cosa un relato que un cuento. Este último es mucho más complejo de componer, porque requiere más elementos narrativos y una finalidad evidente muy clara. Un cuento debe revelar una historia completa, de principio a fin, o, al menos, sugerirla. Además, siempre debe llevar consigo una enseñanza didáctica, lo que comúnmente se ha venido llamando moraleja. El relato, en cambio, es diferente. Solo necesitamos contar un suceso concreto sobre algo o sobre alguien, en un momento muy acotado en el tiempo. Esto no impide que el personaje de nuestro relato pueda recordar en flash-back momentos del pasado por ser relevantes para la historia. Además, el relato debe reflejar un lugar preciso, sin impedir cambiar de lugar, sobre todo, en la mente de algún personaje, por unos instantes. Ya si hablamos de microcuentos y de microrrelatos la composición se complica. En cuanto al espacio que deben ocupar en su estructura externa, deberemos regirnos por las 200- 250 palabras. No más, porque si no ya no hablaríamos de micro. Un microrrelato o un microcuento debe leerse en un instante, en un golpe de vista rápida. Y debe contener la información tan comprimida que sintamos que, en muy pocas palabras, hemos descubierto una historia completa. Para definirlo de forma clara y sencilla, un microrrelato sería como describir una fotografía.
Veamos cuáles son los ingredientes para componer un microrrelato:
1º. Pensad el tema o asunto de mi microrrelato. Este es el paso más costoso. Debemos visualizar en nuestra mente ese instante que vamos a describir: dónde ocurrirá todo, quién o quiénes serán nuestros protagonistas, cuándo situaremos nuestra microhistoria. Y nada de pasar horas horribles frente al folio en blanco del ordenador. Esto se hace en la cabeza, haciendo cualquier otra cosa, mientras vamos de shopping o mientras hacemos deporte. Horas ante el folio en blanco puede provocar un bloqueo en nuestra mente: una situación de violencia sexual entre los niños.
2º. Una vez que ya tenemos la idea, es el momento de pasadla al papel. Escribimos un pequeño esquema con los datos ya obtenidos y pensamos por dónde queremos empezar a contarlo todo: en el inicio de la acción, hacia la mitad de los hechos o desde el final: todo sucederá cronológicamente. Un instante. Dos niños en principio, se añadirán más, pero solo una maestra destacará al final.
3º. Ahora toca escribir la frase inicial del microrrelato. Esta debe ser muy potente, porque será la determinante para que nuestro microrrelato tenga enganche entre los lectores: El niño entró en el aula con desparpajo.
4º. Después pasaremos a describir la escena, dejando el desvelo de la intriga para el final.
5º. Escribir una última frase sorprendente, que nadie espera, con la que cerraremos nuestro microrrelato: La sala se quedó en silencio incómodo y todos salieron del aula.
6º. Revisar el léxico utilizado. Esto es casi lo más importante. Vamos a matizar nuestro lenguaje evitando la repetición de palabras mediante sinónimos y a dar calidad léxica eliminando aquellas palabras vacías de significado como cosa, nada, algo, ser, estar, haber…
7º. Por último, revisaremos la redacción, nos aseguraremos de que todas las oraciones que hemos escrito son correctas, que emiten el mensaje tal y como lo queremos emitir y que no resultan extrañas a la percepción.
Siguiendo estos pasos, combinando estos ingredientes, el resultado sería el siguiente.
El niño entró en el aula con desparpajo. Vio a la niña rebuscar algo entre sus cosas, parecía desesperada. La miró fijamente guardando silencio, hasta que la niña se percató de su presencia.
−¿Qué quieres?− le preguntó.
−Darte un beso− le contestó.
−No quiero
−¿Por qué? Solo es un beso.
−Porque no quiero
−Pues te lo daré igual.
El niño dio en ese instante un paso hacia ella y la niña, asustada, dio un leve salto hacia atrás.
−Voy a gritar
−¿Por qué? Si no hago nada malo.
−Quiero que te vayas
−No.
−¿Por qué?
−Porque no.
−Pues voy a gritar
−Me da igual
La niña empezó a chillar desesperada. Algunos profesores corrieron asustados hacia el aula.
−¿Qué pasa?
−Nada−dijo el niño−, creo que está loca.
−¿Por qué gritabas?− Insistió
−Porque quiere darme un beso.
−¿Y eso es algo malo?− cuestionó alguno de los profesores.
La niña se quedó callada y pensativa. En verdad, un beso no era algo malo.
−Sí que lo es−intercedió una maestra que no se había pronunciado aún− desde el momento en que ella no quiera, un beso es algo malo.
La sala se quedó en silencio incómodo y todos salieron del aula.
Con la primera frase del relato buscamos representar esa imagen de prepotencia de un niño que exige algo tan inocente como un beso. Al final, queremos expresar esa sensación de extrañeza y nihilismo ante el acontecimiento. Un beso no es algo malo, no es una acción que pudiera ocasionar daño a nadie, pero sí podría ser un acto de violencia en un marco infantil cuando alguien no quiere ser besado y casi se le impone ese beso. El título de este microrrelato es Besos malos. Tengo que asumir que nunca he sido muy buena con los títulos, aunque para las microhistorias también hay que tenerlos muy en cuenta. Son el punto de partida de la lectura y deben dar mucha información al lector. Con el título hay que resumir, de forma extraordinariamente condensada, toda la trama.
Espero que os haya gustado y os resulte útil esta receta literaria. Animaos a ponerla en práctica porque os aseguro que es mucho más fácil de lo que parece y no dudéis en compartir con nosotros el resultado.
Un fortísimo abrazo para todos.
amacrema
Muchas gracias por los consejos, es muy entretenido leer y escribir microrrelatos :) hoy por la tarde le echaré un vistazo a tus textos. Saludín!
ResponderEliminarMe alegro de que te hayan gustado y, sobre todo, espero que te sirvan para escribir microrrelatos. Un abrazo y gracias por tu visita.
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