jueves, 19 de enero de 2012

amacrema

Recuperar el amor de un ser querido que ya te ha olvidado es muy imposible. O quizá sería mejor decir muy improbable. Había agotado todas sus expectativas y salió de aquella habitación pensando que nunca más volvería a cruzar el marco de la puerta. Fuera hacía frio. Mucho frio. Pero ella se sentía por fin libre. Cruzó el parque que le separaban de veinte años de soledad y cautiverio y siguió su camino. Al llegar a la esquina se paró durante unos instantes. Se dio la vuelta y se quedó mirando a aquella puerta que tanta otras veces había cruzado y fue cuando lo sintió. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y una mala sensación se hincó en su alma. Las lágrimas caían por sus ojos pero cuando los alzó y lo vio por aquella ventana, de repente, se le secaron. Alzó la mano saludando pero no obtuvo respuesta. En ese preciso instante, bajó la mirada y dobló cabizbaja la calle, como otras muchas veces había hecho.


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