martes, 8 de noviembre de 2011

El amor en tiempos del cólera

Y ahora, en este momento estoy leyendo El amor en tiempos del cólera, del magnífico escritor colombiano Gabriel García Márquez. Me queda mucha historia por delante, únicamente llevo 150 páginas, pero no me está defraudando nada. Acabo de leer la segunda parte del libro y Fermina Daza ya ha plantado a Florentino Ariza. Si alguien lo lee conmigo podemos luego comentarlo.Yo aquí lo dejo, por si alguien se anima. Os sitúo: finales del siglo XIX y principios del XX, Cartagena (Colombia), en tiempos que reina la penuria y las guerras civiles en el país. Llega la epidemia del cólera y los "síntomas del amor se confunden con los de esta enfermedad".

El libro está dividido en seis extensos capítulos que relatan una novela de la nueva narrativa hispanoamericana, el círculo amoroso existente entre los tres personajes principales: el doctor Juvenal Urbino, Fermina Daza y Florentino Ariza.
Al comienzo, Fermina y Juvenal aparecen como dos personas mayores, él casi de 80 años y ella de 71, ya casados. Hay un recuento de la vida del doctor Urbino, su conocimiento con Fermina, su matrimonio, y la muerte del amigo y compañero de Juvenal, el prófugo Jeremiah de Saint Amour. La muerte de Juvenal al caerse de una escalera, tratando de atrapar el loro que él había amaestrado, desencadena la declaratoria de amor eterno que Florentino le hace a Fermina Daza. En el libro no se sigue una secuencia de los acontecimientos, sino que se van narrando los hechos con referencias al pasado y de esa manera se aportan los datos y se descubren los personajes y las acciones, de manera que la narración salta de una época a otra.
Desde que la vio por primera vez cuando fue a su casa a llevarle un telegrama, Florentino Ariza se enamoró de Fermina Daza y comenzó a conquistarla con sus apasionadas cartas y a mirarla desde un banco del parque frente a su casa. Ella se negó por un tiempo a corresponderle, después sucumbiría a ese amor, y es cuando encuentra la oposición del padre, quien la envía lejos para que lo olvide. Después de un período, cuando ella regresa y ve a Florentino, se desilusiona de ese amor platónico y lo rechaza. Al poco tiempo conoce al doctor Juvenal Urbino, quien había llegado de París al finalizar sus estudios de medicina. Después de un noviazgo breve, animada por su padre y aunque no estaba enamorada de él, se casan. Se van seis años de viaje a Europa y regresa embarazada de su primer hijo, cambiada y como una feliz pareja que ha tenido tiempo de enamorarse. Durante este lapso Florentino ha pensado en ella todo el tiempo y, a pesar de que incumple su promesa de mantenerse virgen para ella, pues tiene cantidad de relaciones amorosas, sigue enamorado y decidido a que algún día ella será para él, es decir, cuando muera el esposo.
Al final del entierro del marido, se acerca pues a Fermina y le reitera su juramento de fidelidad y su amor de muchos años y se pone a su disposición. Ante esta inoportuna declaración, con el cadáver del marido acabado de enterrar, Fermina le pide a Florentino que se vaya y le manifiesta que no lo quiere ver nunca más. Florentino no se amilana y empieza a enviarle cartas: hasta un total de 131, con lo que vence la resistencia de Fermina, quien accede a verlo en su casa. Las visitas se hacen más frecuentes y así pasan los días, hasta que Fermina es convencida para hacer un viaje por el río Magdalena en uno de los barcos de la compañía marítima de Florentino, con el afán de que termine de reponerse del luto. Florentino la acompaña en ese viaje y es en ese barco, llamado la Nueva Fidelidad, en un camarote que Florentino siempre pensó sería para ellos dos, cuando al fin, después de 53 años, 7 meses y 11 días con sus noches de espera, se cumple el afán de Florentino, para seguir por tiempo indefinido en un ir y venir por el curso del río montados en el barco, y así demostrar que el amor persevera y que, más que la muerte, es la vida la que no tiene límites.

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