Durmiendo en la mente de un pensador
Olvidamos quienes somos
Sin saber si alguien podrá encontrarnos algún día.
A veces creemos ser nosotros mismos
quienes hablan con nuestro interior;
Sin embargo es nuestro dios de los deseos
Que vela por nosotros
desde lo más profundo de nuestras almas.
Es ese el momento en el que topamos
Con una persona especial que deseamos
Y nos desea.
Entonces, algo ocurre en el corazón
Algo se enciende y se dispara
Dicen que se pone a mil por hora
Nos oprime el pecho y no nos deja respirar
Pero es una sensación que hace feliz al más desdichado.
No resulta sencillo explicarlo
Sí resulta fácil sentirlo.
Dos rosas blancas florecen
En el jardín del Edén
Sumiéndolo en el más profundo pecado.
Y, cuando llega el momento,
Lo mejor es gritar fuerte
y conseguir que alguien te oiga.
Llega el momento de abandonar
ese hermoso lugar que enamora.
amacrema
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